La primera Ley Mexicana de Patentes data de 1832 y tuvo una larga vida, puesto que hasta 1890 se promulgó una nueva Ley de Patentes, que en su tiempo se calificó como una legislación moderna y completa en la materia, con la que se inició durante ese año, el registro secuencial de las patentes.
La primera patente otorgada en México con registro secuencial (Patente No. 1 del 7 de agosto de 1890), perteneció a un inventor de origen Alemán, el Dr. Louis Weigert. La invención estaba relacionada con un «Líquido excitante para elementos galvánicos».
La primer patente otorgada en México a un inventor Mexicano con registro secuencial (Patente No. 20 del 2 de octubre de 1890), perteneció a José María Montes de Oca. La invención estaba relacionada con una «Máquina desfibradora para extraer el filamento en plantas del agave americano».